sábado, 16 de febrero de 2019

Semana 11 - 15 de febrero



Hola familias,

Hemos celebrado el día de San Valentín en el aula con una pequeña actividad para fomentar la educación emocional con el cuento “No Hace falta la voz”. 

Un álbum ilustrado que mediante los animales nos acerca a conceptos de apego y de formas de expresar nuestros sentimientos. La jirafa en esta narración no tiene voz pero con abrazos aprende a decir te quiero y se lo muestra a los demás. Es una bonita metáfora para acercarles a las muestras de cariño en una etapa en la que su vocabulario y lenguaje sigue estructurándose en formas más complejas, pero aún en desarrollo. Es la manera que tienen de expresarse en muchas ocasiones, con el lenguaje gestual y corporal. Finalmente, es una manera de mostrar cariño y afecto no solo a su familia, también a los demás.



También se confeccionaron unas tarjetas y coronas para celebrar ese día de una manera especial. Aunque todos los días son San Valentín y debemos recordarles la importancia del afecto como valor de convivencia esencial en nuestro desarrollo personal y moral.



También hemos aprovechado para trabajar el amor y la amistad, aprovechando el día de San Valentín. Hemos decorado nuestra clase con corazones que han pintado, siendo cada uno el que ha elegido la cantidad de corazones que querían y su tamaño, con lo que reforzábamos lo trabajado con sirabún de los tamaños y cantidades. Manipulativamente han decidido representar esta emoción con palomas de la paz hechas con plastilina y plumas. Finalmente, para este día tan especial,  hemos realizado con pintura y las manos de los peques unas tarjetas  para recordaros lo mucho que os quieren.



Esta semana hemos continuado con los elementos de la calle y las profesiones, a través de esta trabajamos conceptos como grande y pequeño, los alimentos y sus tiendas, y los trazos verticales.
Hemos introducido algunas formas y sus características, utilizando los medios de transporte y sus elementos, como las ventanas cuadradas, las ruedas son circulos, etc. Sus sonidos les atrae enérgicamente y los identifican con facilidad, pero sienten predilección por el camión de bomberos y la ambulancia.

Por último, os dejamos algunas consideraciones sobre el desarrollo de las diferentes inteligencias múltiples que fueron definidas por Howard Gardner en 1983 ;y revisionadas en diferentes ocasiones por el mismo autor, y que ha ido uno de los hitos clásicos en la educación contemporánea.
Esta semana os presentamos maneras de estimular la inteligencia emocional y lingüística. Comenzamos por estas dos debido a que el lenguaje es fundamental, es la pieza clave que nos ayuda a estructurar el pensamiento y comprender el mundo. 

Debemos hablarles de una manera que no sea demasiado infantil, intentar darles oraciones claras y con riqueza de vocabulario, no hay que limitar el lenguaje. Obviamente, este debe realizarse desde la muestra de estima en el lenguaje.

Todos estos aspectos, os decimos, que son sugerencias dentro de este área.

Cómo estimular la inteligencia emocional (sugerencias)

Asumir responsabilidades y favorecer su autonomía (ser capaz por sí mismo)

Proponer al niño que participe en el cuidado de algún animal doméstico o planta. Ayudarlo los primeros días hasta que sea capaz de hacerlo solo. Motivarlo a ver documentales relacionados con los animales y las plantas, y a comprender su importancia para la vida de las personas.

Pedirle que se encargue del cuidado y orden de sus pertenencias. Ofrecerle instrucciones sencillas sobre tareas concretas y ser firmes al solicitar que las lleve a cabo: recoger y ordenar los juguetes, colocar los zapatos en su sitio…

Animarlo a participar en actividades para el reciclado de residuos. Sugerirle que acompañe al adulto cuando lleva los residuos al contenedor correspondiente. Mostrarle el modo de aprovechar algunos objetos dándoles nuevos usos.

Desarrollar y potenciar su autoestima y autoconcepto

Frente al espejo, pedir al niño que hable sobre cómo es: el pelo, los ojos, su estatura… Preguntarle sobre las cosas que sabe hacer, sus juegos preferidos, etc. Elogiar sus logros y animarlo para que muestre el cariño que siente hacia sí mismo: abrazarse fuerte, besarse en el espejo…

Describir las acciones que realiza en cualquier momento enfatizando los pequeños logros. Fraccionar en pasos las actividades complicadas y ofrecerle ayuda mostrando el modo de resolver cada paso. Restar importancia a los fracasos dirigiendo las acciones y retirando el apoyo progresivamente. Responder a sus inquietudes y preguntas y valorar sus creaciones.

Procurar que se sienta orgulloso de su nombre, como reconocimiento a su propia identidad, y escribirlo en sus pertenencias. Respetar su ritmo en la realización de actividades y apreciar sus habilidades, mostrando alegría por sus logros y afecto incondicional.

Favorecer la resolución de conflictos y controlar sus emociones

Narrar al niño cuentos en los que los personajes viven situaciones relacionales conflictivas y las resuelven. Formular preguntas sencillas sobre el argumento mientras observa las ilustraciones, y ofrecerle otras opciones disparatadas de resolución del conflicto para que las descarte.

Representar situaciones conflictivas con marionetas, por ejemplo, una marioneta le quita el juguete a la otra que se enfada. Formular preguntas para que aporte posibles soluciones a los conflictos y representar la más adecuada con las marionetas.

Hablar, en cada situación conflictiva, sobre la emoción que siente él y la que experimenta la otra persona implicada; fomentar su empatía y ofrecer opciones para resolver la situación. Festejar su esfuerzo con palabras y gestos afectivos.

Inteligencia lingüística

Identificación de las personas de su entorno

Mostrar al niño un álbum con fotografías de sus familiares y pedirle que diga sus nombres y el parentesco que lo une con ellos: tía Mamen, primo Hugo…

Jugar con él a presentarse a los muñecos: «Hola, me llamo Mario». Solicitar que busque su imagen entre las fotografías de familiares o amigos y animarlo a decir quién es. Ofrecerle modelos para que aprenda a describirse: cómo se llama, si es un niño o una niña, las cosas que sabe hacer, etc.

Invitarlo a decir su nombre de formas distintas: marcando las sílabas con palmadas, pronunciando los fonemas, diciéndolo lento y después rápido, alargando el sonido de la última letra, con volumen alto y bajándolo hasta llegar al susurro, haciendo rimas con otras palabras (Mateo/paseo, Ana/lana…).

Comunicación interpersonal

Jugar con el niño a articular palabras con diferente entonación y ritmos variados. El adulto marca un ritmo y una entonación con una palabra o una frase corta y el pequeño lo imita.

Propiciar situaciones para que hable con familiares y personas conocidas contando lo que ha hecho, de dónde viene, qué va a hacer, etc.

Solicitar que realice recados sencillos: pedir un objeto a alguien, transmitir un mensaje a un familiar… En el caso de que el niño no sepa expresarse de forma adecuada, sugerir que lo lleve escrito para que no sienta la frustración de no ser entendido.

Favorecer el uso de formas adecuadas (siempre corrigiendo de manera positiva)
 Ayudar al niño a mejorar la pronunciación de adjetivos y a utilizarlos adecuadamente con el mismo género y número que el nombre. Invitarlo a buscar por la estancia objetos grandes, pequeños, duros, blandos, suaves, ásperos, lisos, rugosos, del mismo color, etc. Instarlo a nombrar el objeto y alguna de sus características. Realizar el mismo juego utilizando varios objetos al tiempo.
Proponer que juegue a decir lo que ve desde la ventana, empleando el género y el número adecuados: «Muchos coches. Una papelera. Dos árboles, etc.». Solicitar que repita la actividad mirando cuentos, revistas, catálogos…
Estimularlo para que describa cada vez con más detalle las acciones y situaciones que observa. Jugar con él a hablar sobre lo que ve y lo que no ve para que utilice frases afirmativas y negativas.

*FORMAS DE CORRECCIÓN POSITIVA

1. Pedirle la forma correcta: señalar algún objeto y decirle: y eso ¿cómo se llama?
2. Petición de aclaración: no te entiendo, ¿me lo repites?
3. Repetición de la forma errónea con una entonación que indique que no es correcta: si?, ¿te has PONIDO la chaqueta?
4. Ayudar a completar la frase: entonces la jirafa estaba….
5. Cuando exprese algún verbo, palabra errónea volver a formularle la pregunta con la forma correcta. Ejemplo: -me he ponido la chaqueta. -sí, te has puesto la chaqueta, es verdad. ¿Qué has hecho, te has ….?
6. Finalmente, la corrección explícita: Acuérdate, que se dice puesto y no ponido.

Siempre usando una entonación y tono que sea cariñosa y afectiva. Aunque nos puedan resultar graciosas estas expresiones y errores propias de la edad, no debemos potenciarlas y dejar que las repitan por su sonoridad tan divertida.






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